En el Centro Cultural Estación Mapocho, en el contexto de la
extensión del Festival Cielos del Infinito en Santiago, se presentó “El sollozo
del hierro”, dirigido y coreografiado por la compañía Arrieritos.
La danza comienza con una leve luminosidad enseñando las
tenues siluetas de sus dos intérpretes: un hombre y una mujer; él con la
predisposición de conquistarla y ella con la mirada nebulosa de dudas.
Se denotó el lenguaje artístico de la danza contemporánea
con intervenciones de flamenco. La energía de sus bailarines originó una gran
intensidad para la ejecución del movimiento, demostrando la gran aptitud de estos.
La intención y expresión actoral no quedaron ausentes en la creación pues se proyectaba el desgaste amoroso de los
amantes. Este punto es importante porque generalmente cuando este tipo de coreografías son llevadas al escenario tienden a dejar que el observador cree su
propia interpretación donde él mismo debe atribuirle sentido. Fue interesante
que el montaje entregara un relato estructurado, sin quitar las posibles
futuras lecturas que el auditor quiera dar.
La atmósfera del teatro se contagió con la decadencia emocional
y amorosa de ellos. En el suelo se situaban dos relojes de arena simulando el
correr del tiempo, conformando una hermosa imagen al espectador entre la
escenografía y el baile. En líneas generales esta bellísima danza fue el arte de
dos cuerpos en movimiento y el amor tortuoso de una noche sin reparo.